«Comía de manera compulsiva, pero la terapia me ha hecho renacer» (Testimonio)

«Comía de manera compulsiva, pero la terapia me ha hecho renacer» (Testimonio)

rosaNo olvidaré el día en que M.  llegó a consulta., recuerdo que había llamado a todos los teléfonos posibles hasta que consiguió localizarme y sus palabras fueron «quiero empezar cuanto antes». Desde el primer momento le ha movido su motivación por VIVIR sin dolor, sus ganas por salir eran tan inmensas que a pesar del dolor ha luchado intensamente durante 3 años, 3 intensos años.

Comenzaste la primera sesión con lágrimas de dolor y ahora que estamos terminando, te despides cada día con lágrimas, pero de felicidad y tranquilidad (además, me las contagias). Estoy tan tan tan orgullosa de ti…

«Ha sido un duro camino, lleno de lágrimas y de lucha diaria pero sin perder nunca las ganas de cambio.  Nunca olvidaré el momento en el que decidí coger el teléfono y pedir ayuda. Aún me emociono al recordarlo: me quedaban pocos meses para cumplir treinta años y no estaba dispuesta a pasar de década viendo en el espejo aquella expresión de tristeza. Así comencé mi terapia, hace ya más de tres años.

¡Han pasado tantas cosas desde entonces! Recuerdo cómo me costó soltar esas primeras emociones contenidas que pronto se convirtieron en sollozos llenos de rabia, recuerdo también cuando te conté aquel gran secreto con el que siempre pensé que moriría; y sin embargo, lo extraño que me resulta ahora recordar la vergüenza que sentía por haber estado casi diez años enferma. Cómo pasé de tratar de ocultarlo a sentir que era una de las primera cosas que necesitaba compartir con mi pareja.

Lo más duro ha sido llegar al origen de mi problema, de mi inseguridad, de mi baja autoestima y de toda la rabia acumulada.  Sacar todas las palabras que me había tragado a lo largo de los años y que tanto dolor me estaban causando.  Durante mucho tiempo pensé que no sería capaz, que jamás conseguiría dar ese paso definitivo. Y sin embargo, ¡lo conseguí! Al final pude hablar con mis padres y decirles todo lo que había estado guardando, las piedras que evitaban el paso de la luz.

PAZ, es la palabra que mejor define mi estado después de estos tres años de terapia.

PAZ conmigo misma,

PAZ con mi familia y

PAZ con mi pasado.

Aún queda mucho trabajo por delante para afianzar todo lo que he estado trabajando durante este tiempo. Tengo momentos de inseguridad, de tristeza y de dudas, pero también poseo muchas más armas para luchar contra ellos.

¡¡¡Gemma, nunca podré agradecerte todo lo que has hecho por mí!!!